Por Aurelio Tamarit Blay – Perito Judicial Naval

Hoy quiero contarte un caso que me marcó. No por la complejidad técnica —aunque fue importante—, sino por el impacto emocional que tuvo en una familia que soñaba con navegar libremente… y terminó al borde del desastre financiero.

Se trata de un Cabo Rico 45, un yate de crucero semi-rápido de fibra de vidrio, modelo 2003, vendido como “embarcación revisada, lista para salir a mar abierto”. El precio: 80.000 euros. Para muchos, una ganga. Para mí, una bandera roja desde el principio.

🛥️ ¿Por qué me llamaron?

El nuevo propietario, un empresario jubilado de Murcia, me contactó después de notar pequeñas ampollas en el casco, cerca de la línea de flotación. “Dicen que es normal”, me dijo. “Que son cosas del gelcoat. Pero yo no confío”.

Me bastó ver las primeras fotos para saber que algo iba mal.


🔍 Inspección in situ: lo que encontré bajo la pintura

Llevé a cabo la inspección en un astillero de Denia, con la embarcación fuera del agua. Empecé con un análisis visual, luego con termografía infrarroja, y finalicé con mediciones de espesor (espesómetro ultrasónico) y prueba de humedad.

Lo que vi:

  • Múltiples ampollas grandes y profundas en ambos costados, especialmente en popa.
  • Al abrir algunas, apareció un líquido amarillento y ácido: típico de osmosis activa.
  • La termografía mostró zonas frías extensas, indicativas de humedad intraduzada.
  • Las mediciones revelaron que en algunos puntos, el espesor del laminado era inferior a 4 mm, cuando debería estar entre 8 y 12 mm en una embarcación de esta eslora.

Conclusión técnica:
La embarcación sufría osmosis avanzada con pérdida estructural significativa. No era solo un problema estético: era un riesgo de colapso del casco en condiciones de mar fuerte.


🧪 ¿Qué es la osmosis y por qué es tan peligrosa?

La osmosis ocurre cuando el agua de mar penetra lentamente a través del gelcoat, se acumula entre las capas de fibra de vidrio y reacciona químicamente, formando ácidos que debilitan el laminado. Con el tiempo:

  • Se generan burbujas
  • Se reduce el espesor estructural
  • Aparece corrosión en refuerzos internos
  • Y en casos graves… el casco puede fallar

Este barco llevaba años navegando con el problema sin diagnosticar. El vendedor sabía. O debería haberlo sabido.


💸 ¿Cuál fue el coste real de la «gangas»?

El propietario pensó que había ahorrado dinero. Pero el informe que redacté reveló la verdad:

  • Reparación estimada: entre 45.000 y 60.000 €
  • Incluía: decapado total, reparación del laminado, aplicación de barrera epoxi, nueva gelcoat y pintura antifouling.
  • Tiempo estimado: 4 a 6 meses fuera del agua.

O sea: había pagado casi el valor de una embarcación nueva por una que necesitaba una reconstrucción casi total.


⚖️ ¿Qué pasó después?

Presenté el informe pericial como prueba en un proceso de reclamación civil. Tras la mediación, el vendedor devolvió el 70% del importe, argumentando que “no conocía el problema”. Pero las pruebas técnicas eran irrefutables: la osmosis era visible y antigua.

El cliente recuperó gran parte de su inversión… pero no su ilusión.


🧩 Lecciones clave para compradores de embarcaciones

Este caso me reafirma en cinco principios que siempre recomiendo:

  1. Nunca compres un barco sin peritaje previo. Ni siquiera si parece perfecto.
  2. La osmosis no siempre se ve a simple vista. Requiere herramientas especializadas.
  3. Un buen perito naval no solo mira el exterior: analiza el interior del casco.
  4. Los precios demasiado bajos suelen tener una explicación técnica oculta.
  5. Tu sueño de navegar no debe convertirse en una pesadilla técnica y económica.

📌 ¿Cómo detectar osmosis tú mismo (antes de llamar a un perito)?

Busca:

  • Ampollas en el casco, especialmente cerca del agua
  • Manchas oscuras o líquido viscoso al pincharlas
  • Olor ácido al abrir trampillas o sentinas
  • Pérdida de brillo en el gelcoat (blanqueamiento)

Si ves algo de esto… para. No firmes. Llama a un experto.


🛠️ ¿Quieres evitar este error?

Te ofrezco una guía gratuita: «10 Errores Fatales al Comprar un Barco Usado (y cómo evitarlos)». Solo tienes que dejarme tu correo aquí abajo.

Y si conoces a alguien que esté pensando en comprar una embarcación… comparte este artículo. Podrías salvarle miles de euros… y un sueño.

Un fuerte abrazo desde el taller,
Aurelio Tamarit Blay
Perito Judicial Naval – Nº Colegiado 0161
Benidorm, Alicante


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